El tema suscita las risitas con las que la gente esconde su miedo y su ignorancia frente a estos temas, pero la verdad es que se trata de un asunto de salud serio, pues son cada vez más las que cifran su felicidad en operaciones de este tipo.
García Pertuz, ginecólogo y obstetra de la Universidad del Rosario de Bogotá, cuenta que puede realizar hasta ocho procedimientos en un día y cree que la demanda crecerá.
En realidad, la preocupación de la medicina al respecto comenzó hace más de siete décadas, cuando se realizaron las primeras cirugías vaginales con métodos clásicos para afecciones como la incontinencia urinaria.
Hoy, cuenta García, el láser es otra alternativa que por igual resuelve males como el goteo involuntario de orina, pero que básicamente está encaminada a mejorar el placer con notables ventajas: mejor cicatrización, sangrado mínimo o ausente, menor tiempo de recuperación y supresión del dolor durante las relaciones sexuales que se da a veces con las técnicas tradicionales.
REJUVENECIMIENTO VAGINAL
El camino que lleva a las mujeres al rejuvenecimiento vaginal a través de esta tecnología comienza, como ya se anotó, con el relajamiento vaginal, que consiste en la pérdida del tono de sus músculos, es decir, la fuerza y la intensidad con las cuales la vagina abraza al pene durante el coito.
Ello puede originarse en el esfuerzo que hace la mujer en el parto y a la disminución de estrógenos u hormonas femeninas en la menopausia. Con la pérdida de flexibilidad, aumentan los diámetros interno y externo de los genitales, que además pueden perder su forma y el soporte de los músculos del perineo, o la zona comprendida entre la vulva y el ano.
Todo ello afecta el desempeño sexual, ya que según Masters y Johnson, pioneros de los estudios sexuales en los 60, aquél está directamente relacionado con la fricción durante la cópula. Lo que la operación con láser hace es devolverle a los tejidos su fuerza original y de ahí que se hable de rejuvenecimiento vaginal.
García explica que se trata de un procedimiento sencillo y ambulatorio, o sea que no necesita de hospitalización. A los cuatro días, la paciente puede volver a sus labores habituales, pero debe esperar seis semanas para reanudar sus relaciones sexuales con penetración vaginal o anal.
En ese periodo, el especialista recomienda explorar en pareja otras vertientes del deseo y el erotismo sensorial, como las caricias, que contribuirán a mejorar su erotismo.
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